Resolución de Problemas en la Familia

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Perspectiva Psicológica. – Las disputas familiares no son solo algo totalmente normal, sino que son hasta necesarias. Por ello es tan importante saber cómo se debe actuar ante una discusión familiar, para que todos los miembros puedan expresarse y llegar así a un acuerdo que favorezca a todos por igual.

Para resolver un conflicto es necesario negociar. Además hay que tener claro que los problemas no tienen una única solución y que la única solución posible no tiene por qué ser la nuestra”, señala la técnico en AFA, Reyes De La Torre

. Así, se presentan diferentes alternativas para escoger la solución más adecuada entre las partes. Aunque creamos que tenemos la razón, siempre hay que estar dispuesto a negociar para no alargar los conflictos.

Un segundo paso a tomar en cuenta es el de manejar nuestras emociones,  ya que estas  nos pueden manejar con facilidad.

Aunque se tenga pensado lo que se va a hacer o decir ante un conflicto, llegado el momento, las emociones pueden superar a la persona. Manejando las emociones, se transmite este autocontrol al resto de miembros de la familia. “Así, es mucho más fácil la comunicación, aprender a escuchar y a ser flexible y terminar, si es posible, con acuerdos claros. La educación emocional empieza en casa y es una herramienta básica para afrontar con tranquilidad una discusión familiar”.

También hay que tomar en cuenta cuál es el problema en discusión, para poder llegar a un acuerdo en el que todos salgan ganando. Cómo se resolverá el conflicto y qué hacer para que no se repita ese problema.

Yo gano-tú ganas/ yo pierdo-tú pierdes

“Si no se tiene claro que las dos partes involucradas tendrán que ganar y perder en igual medida, quedarán flecos, resentimientos o reproches”, explica la experta. Hay que tener claro que solo hay una forma de resolver los conflictos: positivamente. Por esta razón, identificar intereses comunes ayuda a poder encontrar una solución que beneficie a las partes involucradas.

Hay que ser capaces de ver un conflicto como una herramienta y oportunidad para mejorar las relaciones entre los familiares, ya que “es conveniente  no dejar de resolver ningún conflicto. Eso sí, de la manera adecuada, de forma positiva”.  Que no se observen conflictos no es síntoma de una familia ajustada o equilibrada. De hecho, la experta señala que “puede indicar un problema de fondo relacionado con una comunicación familiar deficiente, provocando que algunos miembros eviten hablar por ahorrarse las discusiones y retardando la resolución del problema”.

¡Recuerda que después de Dios tu familia es lo más importante!

Israel Polanco
Israel Polanco Columnista: 14 años ligados a los medios de comunicación radial y TV, Licdo. en Psicología Educativa, Director Adm. del Centro Educativo Amanecer de Verón, Teólogo, término de Comunicación Social, Periodismo.

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