HABLANDO CLARO. Desde que escucho una promoción en radio Kool 106.9 FM del programa La Revuelta que el Director de esa emisora y programa dice, y cito: “Aquellos políticos que reportan negocios con colmados sin antes hablar con el dependiente” o algo así, recuerdo el reportaje que hizo Alicia Ortega en el 2011 sobre los cientos de millones de pesos que Amable Aristy administró en la Liga Municipal Dominicana, en calidad de Secretario de forma poco transparente, dudosa y beneficiando a un número determinado de familias y allegados altagracianos.
Amable, el último caudillo, llegó a avanzada edad con influencia política en la provincia La Altagracia, creía en dar, comprar y negociar electoralmente, entendía, por su ejercicio, que en las instituciones había que tener gente cobrando por ayuda, por beneficio político o para tener recursos para la campaña, entendía que el borrón y cuenta nueva había que aplicarlo sin importar el hecho pasado.
Al final, siempre en la católica provincia La Altagracia se preguntaban muchos, ¿quién después de Amable Aristy? Quien será que mantendrá, los que sus seguidores decían “la dinastía Aristy” muchos preferimos llamarle “Monarquía” y sin tener mucha respuesta, su hija o un nieto.
Pero Amable, como zorro viejo, nunca apostó a alguien fuera de su familia, debía ser su linaje, alguien que mantenga el azul de sus pensamientos, los de la almohada, y así fue, su hija, presidente del partido que compró para dar, comprar y negociar electoralmente.
El cacique siempre bajo la sombrilla de la poderosa Iglesia Católica y dejando su legado para que sus hijos continúen.
En el PLR no hay otro u otra dirigente con perfil de Alcalde o Alcaldesa que la hija del caudillo y no hay otro u otra dirigente con perfil de Senador que su hijo, Regidores quienes será sus más fieles e incondicionales vasallos, Diputados por igual.
Definitivamente Amable Aristy cultivó para una monarquía y sus frutos se están viendo, de pura cepa familiar, ojalá hayan heredado lo bueno… lo contrario sería siembra en terreno malo.
