El Veronero

¡De sufrimiento y culpa!

Naomy Tejada

A Bordo con Naomy.- Cuando no sufrimos, nos dejamos en paz.

Gozamos de la vida sea ésta como sea.

El goce será mayor si además aceptamos la levedad de toda experiencia satisfactoria, y no saboteamos las breves fortunas que dispongamos en la vida con el apego infantil a ellas, sin un trabajo interno cuando se sufre psicológicamente, la absurda existencia nos presionará. Causa y fin de todo mal, para quien culpa a lo exterior. Y por supuesto, el error atormentará para quien culpa a lo propio. Nuestro egoísmo nos llevará a hacer daño y hacernos daño, porque las buenas acciones pueden tener penosas consecuencias. Porque se puede sufrir unas experiencias brutales carentes de todo sentido o razón.

La locura está detrás de la infructuosa búsqueda del sentido de un dolor infringido al inocente.

El sufrimiento amanecerá, y estamos obligados a comprenderlo.

¿Qué significa que el sufrimiento nos obliga a reconciliarnos con nosotros?

Toda culpa nace de la responsabilidad última. La triste historia comienza en nosotros. Soy el culpable del resultado. Si comprendemos que nuestras acciones son las que son, y no podrán haber sido de otra forma, la culpa es más hacia nuestra educación y experiencias.

Entonces externalizamos la culpa otra vez, estamos liberados otra vez. La culpa es de la educación recibida. La culpa es de mis padres, la sociedad, del mundo egoísta, con sus políticos corruptos e incompetentes en todo lugar. La culpa es de haber vivido en éste entorno, en éste mundo.

La culpa es de donde existo.

Pero entonces, ¿La sociedad es la culpable? ¿Nuestra familia es la culpable? ¿No podemos comprender que ellos también son víctimas de otra educación, la de sus abuelos, y nuestra, la sociedad de su historia heredada?

Entonces, retrocedemos. La culpa llega hasta el comienzo de los tiempos. La culpa será de Adán y Eva. La culpa será del mismísimo Dios. La culpa será de la evolución, si no se cree en esas cosas.

¿La culpa de la evolución? ¿Puede ser culpable una inteligencia que corrige el error en busca de la adaptación?

Aquí es donde podemos ver que, si nuestro dolor nace del error, de “no dar en el blanco”

Es por falta de conocimiento. Pero no informativo, eso nos sobra. El error es por ausencia de aprendizaje verdadero. De no comprender con el corazón.

Podemos liberarnos de la humillación, pero no de la culpa, salvo que se pueda entender lo siguiente:

“La culpa desaparece cuando no hay nada de que perdonar”.

Si no se ha comprendido lo anterior, entonces, la culpa y la severidad en nuestra corrección, tendrá razón de ser. Pero lo que no es necesario, aun con ello, es la humillación personal.

No es necesario ir al infierno a pagar por nuestros errores.

Los infiernos, en particular los occidentales, son símbolos del sufrimiento mismo, de la experiencia de la culpa psicológica, que genera nuestra propia imaginería atormentante en nuestro interior, que dependiendo su “cualidad” genera su particular pastoral del miedo.

Lo que queremos decir es que no es un lugar posterior, es el lugar en donde se vive mientras nos sintamos autores de esos pecados, esas faltas, con razón o sin razón, eso da lo mismo.

Por ello, el asesino psicópata que no se arrepiente no sufre por sus actos. Sufre porque le van a condenar a pena de muerte, o a la cárcel, porque no es libre, porque le han capturado, porque le han alejado de la familia que quiere, etcétera. Pero no hay arrepentimiento emocional ante sus sádicos actos. No es culpable de nada para sí y, por tanto, no hay infierno para él.

Si esto es así en quienes carezcan de la empatía, en vez de lamentarnos nosotros por ello, aprendamos la lección de forma inteligente, y no deseemos sufrir por “parecer más humanos que un psicópata”.

Un buen padre o una buena madre, sabe corregir de forma severa y adecuada el error que su hijo ha realizado, sin tener que humillarle. Sin traumar.

Por tanto, y para finalizar Sé tan duro contigo como quieras, pero respétate como ser humano. Se compasivo como lo serías con otra persona. No hay razón para el victimismo, la auto-flagelación, la tortura o castigo ejemplar.

Simplemente, sé consciente de tus errores y comprométete de verdad a ser a partir de ahora una persona que ha aprendido de ellos.

Asegúrate de esto.

La sociedad necesita de personas que aprendan de verdad de sus errores, sean estos los que sean, nos perdonen o no. El perdón es importante, solo en nosotros. El favor o el desprecio social, es tan caprichoso como su andar.

La sociedad no necesita más víctimas. Todos los somos, por tanto, fin. La sociedad no necesita a gente avergonzada, que volverá a repetir los mismos errores mañana.

El verdadero arrepentimiento es la corrección auténtica y seria, de nuestro comportamiento.

El verdadero arrepentimiento es el aprendizaje.

Y para eso, el dolor tiene que estar el tiempo que sea necesario. Pero lo que no, la humillación.

Necesitamos gente que quiera a partir de ahora aportar lo mejor a la sociedad, y seguir aprendiendo a base de los tropiezos inevitables. Compromisos reales, no lágrimas en Caldaso.

comprometámoslo entonces a sufrir con dignidad, a ser resiliente, y a intentar comprender mi dolor para ser mejor persona.

Hasta el martes abordianos!

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