El Veronero

¡De valentía!

Gran parte de la gente cree que la valentía está asociada al heroísmo, la gallardía y el valor.

Sin embargo, esta virtud es sólo la superación del miedo, que es lo primero ante una situación de peligro actual e inminente.

El miedo es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de la proximidad de la muerte no buscada.
Para explicarlo mejor, se trata más bien de un estado de conmoción primaria derivada de la aversión natural al riesgo o la amenaza, que se manifiesta en todos los animales, lo que incluye a los seres humanos. La máxima expresión del miedo es el terror. Además el miedo está relacionado con la ansiedad y la ansiedad al estado de pánico, o la fobia, o el espanto.

Se ha demostrado que una persona es valiente, porque logra vencer sus temores o dudas y actúa con decisión y firmeza ante una situación límite.

La valentía se demuestra en los grandes actos (como en el combate o una emergencia), pero también en las pequeñas acciones cotidianas.

Es posible entender a la valentía como una acción esforzada que parece superar a las fuerzas naturales. El valiente saca fuerzas de donde la gente común no tiene y termina haciendo cosas extraordinarias.

En concreto, muchos son los relatos literarios y también los acontecimientos históricos que han venido a ensalzar la valentía de determinados personajes, como los próceres de una Nación.

De entre todas las cualidades que puede poseer un líder, la valentía ocupa sin duda un lugar destacado: es la virtud que permite hacer efectivas todas las demás virtudes. Su importancia viene avalada por su carácter universal y atemporal, ya que prácticamente en todas las culturas y civilizaciones importantes y particularmente en algunas de las que mayor desarrollo llegaron a alcanzar, la valentía siempre ha ocupado un lugar destacado, constituyendo un atributo esencial y casi inseparable del liderazgo.

Asumiendo, efectivamente, que la valentía ha sido identificada de manera universal como una de las principales cualidades que debe poseer un líder, hay que señalar que no en todas las culturas y épocas el concepto ha tenido un mismo alcance o significado.

De ese modo, el prudente Esopo incide en la relación existente entre grado de valentía y nivel de riesgo, recordando que “es sencillo ser valiente desde una distancia segura”; la ecuanimidad de Aristóteles sitúa la valentía como “el término medio entre la cobardía y la temeridad”; por su parte Séneca, más pragmático, recuerda la importancia de esa virtud para toda persona, al señalar que “el que es valiente es libre”.

Cicerón se adentra de lleno en el terreno de las motivaciones políticas, dejando escrito que “la valentía que está dispuesta a enfrentar el peligro, si no está inspirada por un espíritu público, sino por sus propios motivos egoístas, debería llevar el nombre de desfachatez en vez de valentía”.

El Doctor Angelicus, nada menos que Santo Tomás de Aquino también hurga en la profundidad de su pensamiento enseñando que “la fortaleza del alma debe ser tal que una firmemente la voluntad al bien de la razón ante los males más grandes”.

Algo más cercano en el tiempo, Nelson Mandela también nos lega al respecto una importante reflexión basada en su experiencia vital: “aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo”;

Valentía, audacia, arrojo, coraje, decisión, fortaleza, fuerza de voluntad, perseverancia, tesón, son cualidades esenciales del líder. Cualidades que han de darse, sobre todo y ante todo, en las esferas intelectual y moral: la valentía de aceptar la verdad, y de rechazar el error, la valentía de abrazar la rectitud y afianzar los valores éticos que han de regir la vida humana; he aquí lo decisivo.

Finalmente la valentía es una virtud del ser humano para llevar adelante una iniciativa a pesar de las dificultades y los impedimentos.

Seamos Valientes!

Hasta el martes abordianos!

Salir de la versión móvil