Verón, La Altagracia, RD. Desde finales del siglo XVII, la isla de Santo Domingo comenzó a sufrir un proceso lento de penetración por parte de los franceses a través de bucaneros y filibusteros por la parte occidental de la isla, que se mantuvieron en lucha contra una España que se encontraba en decadencia y por consecuencia se vio obligada a legitimar el asentamiento francés en la parte oeste de la isla, a través del tratado de Ryswick, firmado el 20 de septiembre de 1697 en la ciudad de Ryswick. Cabe destacar que dichos terrenos realmente no pertenecían a Francia.
Luego de esto en 1701 se produce el ascenso al trono de Felipe V, nieto del monarca francés Luis XIV, esto provoco que debido a su relación con el trono francés, sirviera de manera indirecta a los intereses franceses en América.
Debido a la presencia de un monarca francés en el trono español, se produjo en la isla de Santo Domingo una gran tolerancia hacia los vecinos franceses que desde 1697 afirmaban que los territorios les pertenecían legalmente ya que el tratado de Ryswick les había garantizado el status de estas posesiones.
Tras la ocupación del territorio occidental los franceses fueron extendiendo los límites a su antojo, provocando con esto una gran cantidad de conflictos entre estas potencias, y esto trajo como consecuencia la necesidad de marcar límites territoriales.
Más tarde, luego de algunas negociaciones realizadas entre las autoridades francesas y españolas, el 29 de Febrero de 1776, reunidos en el poblado español de San Miguel del Atalaya, los representantes de cada colonia, Don José Solano y Bote y el Mr. Víctor Theresa Carpentier Conde de Ennery, llevan a cabo el acuerdo para determinar limites provisionales para determinar de manera clara y precisa los límites territoriales entre ambas colonias, desde Dajabón hasta pedernales.
Tratado de Fronteras Domínico-Haitiano de 21 de enero de 1929
Después de varias convenciones infructuosas de arbitraje entre República Dominicana y Haití, una tentativa de conciliación emanante del Vaticano y el auspicio de los Estados Unidos, que ocupó Haití de 1915 a 1934 y la República Dominicana de 1916 a 1924, llegó el 21 de enero de 1929 el Tratado de Fronteras Dominico-Haitiano firmado en Puerto Príncipe por los presidentes dominicano Horacio Vásquez y el haitiano Louis Borno.
Los técnicos de Estados Unidos consideraron que la línea de la frontera debía ser marcada a partir de los poblados con mayor presencia de haitianos y dominicanos.
Mediante ese tratado fronterizo y de paz, tras 85 años de fricciones desde 1844, la República Dominicana y Haití fijaron una nueva frontera tras ceder los dominicanos el 8 % de su territorio al vecino país, que incluía las poblaciones de Hincha, San Miguel de la Atalaya, San Rafael de la Angostura y Las Caobas y la totalidad de la Laguna del Fondo.
Tras la firma del precitado tratado, no cesaron las disputas y choques armados en la frontera, con más repercusión entre 1931 y 1934, años en que en Dajabón, Restauración y en otros lugares dominicanos se reportaron la presencia de ilegales, depredaciones y robos en la ganadería y la agricultura.
Por estos hechos se convocaron más de 100 nuevas conversaciones, de donde surgieron el acuerdo de 17 de febrero de 1935 firmado en Puerto Príncipe por los presidentes Rafael Trujillo Molina por República Dominicana y Sténio Vincent por Haití y el protocolo adicional de La Miel del 9 de marzo de 1936 firmado por los mismos presidentes en la capital haitiana.
Con la firma de ese protocolo quedó ratificado el Tratado de Fronteras de 21 de enero de 1929 y se le traspasó a Haití el 3 % adicional del territorio dominicano que había ocupado ese país después de 1856, donde se encuentran Veladero, El Saltadero y la Miel, situados al oeste de Restauración, Bánica y Comendador, lo que permitió que los técnicos pudieran iniciar el trabajo del trazado fronterizo y el establecimiento de los bornes marcadores de dicha línea. Así quedó delimitada oficialmente hasta hoy la frontera domínico-haitiana.
Los espacios físicos cedidos a Haití en 1929 fueron 4572 km² (8 % del territorio dominicano) y en 1936 otros 1628 km² (3 %) para una pérdida total para la República Dominicana de 6200 km². De esa forma la superficie de Haití pasó de 21 550 km² en 1804 a 27 750 km² que tiene en la actualidad.
El día 4 de diciembre de 1935 el Secretario de Estado de Relaciones Exteriores dominicano, García Mella, remitió una comunicación al presidente del Comité Nobel del Parlamento Noruego en Oslo, en la que sometía a la consideración de ese organismo las nominaciones al Premio Nobel de la Paz del presidente Trujillo y de su homólogo haitiano Vincent, premio a otorgarse en el mes de diciembre del año de 1936.
Tal distinción, para ambos gobernantes, según García Mella, estaría sustentada en la firma el 17 de febrero de 1935 del acuerdo con el que se alcanzaba la paz definitiva entre dominicanos y haitianos y quedaban zanjadas las dificultades que habían impedido la ejecución del trazado de la línea fronteriza de las dos naciones, contenida en el tratado anterior de 21 de enero de 1929.